El Kabash es un conocimiento amplio y profundo que incluye la auto ayuda y pretende el perfeccionamiento del ser humano, a lo largo de un proceso de desenvolvimiento personal. Y puede ser tomado también como un poderoso instrumento de ayuda a los otros de forma equilibrada y responsable.
Siendo una sabiduría de transformación y de auto superación que no se basa únicamente en la teoría y en la comprensión racional. Conduce al despertar del gran potencial del ser humano: el poder de la mente unida al del espíritu, al desarrollo de un “corazón inteligente”, con el fin de alcanzar una realización plena en todos los planos de la vida.
El Kabash es fuente de luz para tu oscuridad y fuente de energía para crecer.
El Kabash nace en el Antiguo Egipto con el gran médico y sabio Ptah Otep D. XII y alcanza su máximo esplendor en la D. XVIII bajo el reinado de Akenatón. El Maestro Rolland descubre este inmenso tesoro de sabiduría y asume como su misión la divulgación y enseñanza del Kabash.
La palabra Kaba en el idioma egipcio antiguo, significa “recibir” y Esh o Ash significa “fuego, luz”. De donde se traduce la palabra “Kabash” como “recibir la luz”.
Es la madre de la Kabalah, desarrollada posteriormente por el pueblo judío luego de la salida de Egipto.
El Kabash es una sabiduría de vida destinada a la superación del ser humano en todos los aspectos de su vida. Practicada y enseñada por los antiguos sacerdotes del Nilo, guarda los secretos de sus conocimientos sobre la energía humana, sus fuentes y cómo desarrollarla. También nos habla de la medicina de aquellos sabios, de su sensibilidad y gran humanismo de sus prácticas místicas.
El Kabash nos enseña a vivir en armonía con el Universo. A través de la meditación y ejercicios corporales podemos desarrollar energías positivas y controlar fuerzas negativas que influyen sobre nosotros.
El Kabash desarrolló numerosas terapias basadas en la Dabraká (mantras) y la estimulación de los centros energéticos según los “mapas del aura”, para restablecer el equilibrio psíquico o físico. Aquella antigua medicina hoy la conocemos como cura bioenergética.
Uniendo la Dabraká al movimiento corporal, desarrollaron varias terapias destinadas a mantener la salud y la juventud, estimulando el funcionamiento de los distintos órganos y glándulas así como la depuración de cuerpo y mente.
La meditación con Dabraká también era utilizada en la antigüedad por los “médicos del alma” que ayudaban a superar traumas, bloqueos y armonizar relaciones familiares y de pareja. Guiaban a la persona al encuentro con su alma y su Destino para que pudiera alcanzar su realización en todos lo planos de la vida.
Desde un punto de vista filosófico religioso el Kabash apunta hacia el servicio.
Servir es un compromiso con la vida. Entendiéndose la vida como un milagro de Dios al que se debe respetar, cuidar y merecer. La misión de servir es considerada la forma de pago por la vida que se ha recibido.
Todo lo que es parte de la creación, desde una estrella hasta un grano de arena, es sagrado, tiene una esencia divina, tiene alma y tiene un aura.
El aura es la manifestación luminosa de la energía. Todo lo que tiene vida tiene aura, un brillo particular que lo identifica a través de diferentes colores.
Las auras se conectan y comunican entre sí. Eso hace que cada ser del Universo tenga una esencia común.
La antigua religión atoniana, la primer religión monoteísta, parte de la base de un sólo Dios para todos por igual.
Un Dios que fue representado por el disco solar, como principio de vida. El Sol llega a todos por igual, a ricos y pobres, a sacerdotes y a soldados. Este concepto fue el origen de la primera revolución social en la historia. Ya que fue la base de los derechos humanos. Derechos de la mujer, del niño y del anciano. Bajo el reinado de Akehnatón por vez primera se organizan los obreros de la construcción, dando así, nacimiento al primer sindicato.
La mujer llegó a alcanzar los mismos derechos del hombre y ej. de ello es la famosa reina Nefertiti, la Jueza más importante fue mujer, grandes médicos mujeres, Sumas Sacerdotisas, etc.
Akehnatón, el faraón hereje, fue quien encabezó esta revolucionaria forma de pensar y sentir, para la época. Se puede decir que la religión Atoniana fue la base para una revolución cultural y social. Lamentablemente 4000 años de una misma forma de pensar, de tradiciones, de una religión politeísta, de un sistema social afirmado en castas, fue incomprendido. Lo que derivó en que el sueño del faraón pacifista terminara en un enfrentamiento entre los propios egipcios, creando una guerra entre los seguidores de Amón y los de Atón.
No obstante a pesar del derramamiento de sangre y de persecución de los atonianos, con la asunción al trono del faraón Ramsés II D. XIX, ya el hombre había logrado elevar su espíritu, pensar no sólo en sí mismo, buscar superarse y sentir que debe “servir”, que el hombre también tiene poder en su espíritu y puede alcanzar el milagro con conocimiento y fe.